Anoche me soñé reina entre los Dioses...
yo entregaba mi tierno y amoroso corazón
a esos buitres rapaces, como devoradores.
Que no conformes con atacarme y mirarme,
se les antojaba aún mucho más devorarme.
Así mi corazón lleno de amor y pasiones,
calme la sed devoradora, de todos quienes
sueñan también con las grandes ilusiones...
buscando destrozar mil o más corazones.
Más yo sólo ansío tener paz y contento,
y con gran sentimiento y recogimiento;
disfrutar de su amor sin mayor lamento,
en sano y completo feliz esparcimiento.
No obstante, cuando en soledad me sentía
en el sentir de mi pecho moría la alegría
y con mucha añoranza y tristeza veía...
el lánguido atardecer de un nuevo día,
sin encontrar en mi extenuado corazón
ni pena, gozo o aún menos emoción;
que cause en mí alguna manifestación...
Sin embargo, ya lo tengo anunciado...
que de esta soledad áspera que me rodea
y de este invierno gélido y prolongado,
se llenarán de colores y una nueva idea.
Que en mis tibios brazos está guardado
para quién en mi encuentre y desee ver...
un corazón puro, sincero y esperanzado,
de ser por siempre muy querido y amado.
Así ese sueño que un día tuve de ser reina,
en mi nunca se acabe, se esfume o se pierda;
como lo es el peine quién hoy me peina...
y sea un renovado amor que me recuerda.
Silvia Regina Cossío Cámara
*Autor*
Andrés Alfredo Orellana Pineda
Sir Galahanth
*Derechos Reservados*
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